domingo, 25 de septiembre de 2016

Mis primeros pasos con FC

De vez en cuando, los profesores tenemos la suerte de encontraros con un grupo de alumnos que demuestran más interés del habitual en tu materia, tienen capacidad de sobras para aprender con rapidez los contenidos que se les muestran y te demandan algo más...
Yo tuve esta suerte el curso pasado.  Hasta el punto de que al ritmo que me permitían avanzar en el temario me di cuenta de que a mitad de mayo habíamos terminado, y eso que había ido incorporando más actividades que en años anteriores que incluían dinámicas de grupo, trabajo en equipo, reflexiones a partir de vídeos relacionados...  Pero claro, acabar un mes antes no implicaba poder tomarnos vacaciones, y tampoco era cuestión de rellenar por rellenar, sin un objetivo, para perder el tiempo.
Así que ya en marzo, cuando fui consciente del "problema" que se me venía encima, puse manos a la obra.  Había oído hablar del Flipped Classroom, principalmente por los tuits que leía de otros profesores, sobre todo de FOL, cuyas cuentas seguía. Me llamaba especialmente la atención el entusiasmo con el que hablaban sobre la revolución que había supuesto en sus clases, cómo preparaban los materiales, cómo se implicaban los alumnos, cómo conseguían dar sentido a las clases y alcanzar sus objetivos.
Por eso me convencí a mi mismo de que tenía que intentar algo parecido, y que la oportunidad que tenía era inmejorable: un módulo de Comunicación y Atención al Cliente, que da pie a opinar y trabajar de forma práctica, tiempo "libre" para poder "hacer pruebas", y disponibilidad de horario, ya que los alumnos de otros grupos estaban haciendo sus prácticas y había liberado algunas horas de docencia.  Hasta me matriculé en un MOOC sobre el tema para aprender algo más, aunque se centraba más en la motivación que en la parte práctica de cómo ponerlo en marcha.
Me preocuparon dos cosas sobre todas las demás: el esfuerzo que supondría crear materiales útiles y cómo encajar la forma de evaluar dentro de lo previsto en la programación.  La primera se superó con cierta comodidad, gracias a la gran cantidad de herramientas disponibles y que esos compañeros de Twitter recomendaban con su experiencia.  La segunda implicó hilar fino para evitar problemas posteriores, pero también se pudo encajar.
¿El resultado?  En general, positivo.  Sí es cierto que tuve que invertir muchas horas en crear materiales, cogiendo horas en el instituto pero también quitándoselas a mi familia, y si además eres mínimamente exigente no te conformas con cualquier resultado, quieres que quede lo mejor posible.  También hubo puntos mejorables, algunas actividades no me dieron el juego que yo pretendía, y la motivación de los alumnos tampoco fue la que debería haber sido, no sé si porque no supe motivarles yo o porque, como me dijo alguno de ellos, están acostumbrados al método tradicional de estudio y "estas cosas les descolocan", y los que van a por nota para seguir con estudios superiores quieren tener todo bajo control, es decir, estudiar para el examen y punto.
Lógicamente, terminado el curso y concluida la experiencia, llegaba el momento de reflexionar y evaluarme a mi mismo.  ¿Merece la pena?
Yo lo tengo claro, SÍ.  Pero es un SÍ con condiciones.
Es una metodología que me parece muy útil en niveles formativos como el que imparto yo, un grado superior de FP.  Son alumnos que están preparándose para ir a trabajar a una empresa, para incorporarse al mundo laboral.  Allí, los empresarios no buscan alumnos brillantes con muchos conocimientos; quieren trabajadores eficientes que sepan hacer muchas cosas bien hechas.  Para eso, esta metodología es perfecta: hay una parte de aprendizaje teórico, previo al aula, para luego aplicar los conocimientos de forma práctica a casos reales.  Lo más parecido al mundo real.
Por eso, yo sí quiero implantarlo.  Considero que es mejor que lo que he venido haciendo hasta ahora, y además, el resultado con los alumnos que sí que se implicaron en mi prueba piloto así me lo confirmó. 
Pero no basta con tenerlo tan claro.  Hay tres patas que deben sustentar la implantación del modelo para que, de verdad, todos salgamos ganando.  Y con lo que hemos visto hasta ahora en este curso, sobre cómo funciona y se aplica, cada vez estoy más convencido de ello.
La primera, son los alumnos. Hay que realizar con ellos un esfuerzo de motivación, o más bien de hacerles creer en la importancia de aprender, no de aprobar.  Solo así se olvidarán del examen, de la nota, y se centrarán en lo que de verdad debe importarles, su aprendizaje.  No puedo cambiarles las normas de juego a mitad de partido, hay que hacerlo desde el principio.  Solo así pueden acostumbrarse a ello, hay nueve meses de tiempo para conseguirlo.
La segunda, los profesores.  El resto de profesores.  Creo que sirve de poco un profesor contracorriente, la docencia es una profesión de equipo, un alumno no aprende una materia (y menos en formación profesional), aprende un conjunto de conocimientos interrelacionados entre sí.  Debe existir una coordinación que permita que todos avancemos hacia el mismo punto usando el mismo camino.  Si cada miembro del equipo docente rema en una dirección, la barca da vueltas en círculos, y los alumnos son conscientes de la escasa implicación que les demostraríamos. 
Y la tercera, por supuesto, yo mismo. Tengo que querer, y eso implica querer aprender (obvio, por eso hago este curso), querer conocer las herramientas, querer utilizarlas, querer modificar la programación de las clases, querer invertir tiempo en preparar materiales de calidad y actividades que enganchen a los alumnos, y querer entusiasmar a todos los que rodean el proceso.  Sólo si se está dispuesto a todo ello se puede implantar FC.  Este es el reto, y este es el principal miedo, transformar el "querer" en "conseguir".
Faltará ya una última ayuda: disponer de los recursos materiales en el aula, no solo de las TIC, sino de uso del móvil, de espacio para trabajar, de materiales tangibles para determinadas actividades... El centro educativo también tiene que ser garante del proceso, no en vano somos alumnos y educadores del mismo. 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Vamos avanzando...

Hola a todos.

Poco a poco vamos avanzando  en el desarrollo del curso, y aprendiendo más sobre la metodología Flipped Classroom.

La verdad es que, como ocurre en casi todos los cursos, incluidos los que yo imparto en mi cole, el principio es lo que más cuesta, porque suele ser una primera aproximación, más bien teórica, a la materia que se va a estudiar.

Pero hay que tener paciencia y ser conscientes de que son contenidos muy necesarios para ubicarte correctamente, saber qué es lo que vas a encontrar y por qué muchas de las cosas que vienen más tarde son como son.

Ya llegaremos a la parte más práctica, al diseño de las actividades, a las herramientas que nos permitirán dar la vuelta a la clase, a los vídeos con preguntas, a los test, a los juegos de aprendizaje.  Todo lo bueno en la vida se hace esperar, y aquí la espera, además de merecer la pena, tampoco es larga: un par de tareas más, y al siguiente bloque.

Os iré contando cómo se desarrolla mi experiencia con FC.  Estoy deseando empezar a hacer palanca para darle la vuelta a mi forma de afrontar la clase....

Podcast: en qué consiste el Flipped Classroom

Os adjunto un podcast, realizado con la plataforma SoundCloud, en la que, en menos de 2 minutos, hay que explicar en qué consiste el podcast y motivar a los alumnos sobre su uso en clase.  Espero que os guste...


De qué va este blog...

Hola a todos.

Este blog es una herramienta que voy a utilizar dentro del curso "Dale la vuelta a tu clase (Flipped Classroom)" que imparte el Instituto Nacional de Tecnologías y de Formación del Profesorado (INTEF). 

En él iré incorporando aquellas actividades que sean de obligatoria realización y reflexiones y enlaces que considere interesantes.